La depresión es un problema de salud mental complejo que puede afectar a personas de todas las edades. En los jóvenes es particularmente grave, ya que puede interrumpir la asistencia a la escuela, aumentar el aislamiento de amigos y familiares, y provocar el abandono de actividades deportivas y recreativas.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 1,1% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% de los de 15 a 19 años tiene un trastorno depresivo. En muchos casos, la depresión no tratada puede ser letal. En 2021, el suicidio fue la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
Por fortuna, existen tratamientos eficaces para abordar la depresión en adolescentes. Las opciones son muchas, y cada una aborda los síntomas depresivos desde una mirada diferente. En este artículo te contamos en detalle sobre ellas.
Barreras comunes para el tratamiento de la depresión en adolescentes
La depresión puede manejarse y curarse cuando el adolescente recibe la atención y terapia adecuadas. Sin embargo, no siempre es tan simple acceder al tratamiento.
En los adultos, puede suceder que haya cierto prejuicio asociado con los problemas de salud mental. Tener depresión puede considerarse como un signo de debilidad antes que una señal de algo que no está bien, lo que puede hacer que eviten pedir ayuda.
En el caso de los adolescentes esta no es la excepción. Además de los estigmas, hay que agregar los síntomas propios de la depresión que pueden impedirle hablar de lo que le sucede, como:
- Irritabilidad
- Cansancio
- Baja concentración
- Sentimiento de desesperanza
- Alejamiento de amigos y familia
- Tristeza y ganas de llorar frecuentes
A veces, la culpa también hace lo propio: el adolescente puede culparse por lo que le pasa, haciendo que calle su sufrimiento y evite pedir ayuda. Por eso, es muy importante que los padres y tutores presten atención a los síntomas de depresión en sus hijos, como pueden ser cambios emocionales o en el comportamiento.
La depresión puede tratarse, pero para eso es necesario un diagnóstico por parte de un especialista de la salud mental. Una vez confirmado el cuadro, se puede empezar a buscar opciones de tratamiento que se adapten a las necesidades del adolescente.
Tratamientos para la depresión en adolescentes
Existen varios tratamientos para la depresión en adolescentes. De manera general, podemos separarlos en dos categorías: psicoterapias y medicamentos. Existe una tercera opción que se llama “tratamiento combinado”, que consiste en complementar una psicoterapia con una medicación. Veamos cada tipo de tratamiento con más detalle:
Psicoterapias para la depresión en adolescentes
La psicoterapia, también conocida como terapia del habla o terapia conversacional, es un enfoque terapéutico en el que un profesional de la salud mental (generalmente un psicólogo) trabaja con una persona para ayudarla a enfrentar y superar problemas emocionales, conductuales o de salud mental.
Durante las sesiones de psicoterapia, la persona expresa sus pensamientos, emociones, preocupaciones y experiencias, mientras que el terapeuta escucha, guía y proporciona apoyo. Se trata de un trabajo en equipo en el que juntos identifican problemas y desarrollan estrategias para enfrentarlos.
Existen varios enfoques en psicoterapia, cada uno con sus propias técnicas y teorías subyacentes. Algunos de los más utilizados para tratar la depresión incluyen: Terapia cognitivo conductual
La terapia cognitivo conductual (TCC, por sus siglas) es uno de los enfoques más efectivos para el tratamiento de la depresión en adolescentes. Es una terapia basada en la evidencia que parte de la idea de que los pensamientos, emociones y comportamientos están interrelacionados, es decir, pueden incidir los unos sobre los otros. Entonces, al modificar uno se pueden producir cambios en los otros.
En la TCC, el adolescente trabaja junto a un terapeuta para detectar pensamientos negativos e inútiles (como “todo me sale mal” o “nunca voy a tener amigos"), para desafiarlos y cambiarlos por otros pensamientos más sanos y equilibrados. Este cambio le ayuda a mejorar su estado de ánimo y a recuperar poco a poco la motivación y el disfrute de las actividades que antes le gustaban.
Terapia cognitiva basada en mindfulness
La terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT, por sus siglas en inglés) es una terapia que combina principios de la terapia cognitivo conductual (TCC) con prácticas de atención plena. La atención plena enseña a enfocarse en el momento presente y observar los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos ni dejarse atrapar por ellos.
Al desarrollar una mayor conciencia de lo que se piensa y se siente, se puede reconocer patrones de pensamiento negativos asociados con la depresión y aprender a responder a ellos con más compasión. Eventualmente, esto puede romper el ciclo de pensamientos negativos para dar lugar a otros más amables y constructivos.
Si bien los estudios que investigan la eficacia de la MBCT para el tratamiento de la depresión en adolescentes son menos que los que hay de TCC, los resultados son positivos. Se ha visto que la terapia cognitiva basada en mindfulness ayuda a aliviar los síntomas depresivos y mejora la calidad de vida de los adolescentes.
Terapia dialéctico conductual
La terapia dialéctico conductual (DBT, por sus siglas en inglés) puede ser muy útil para casos de depresión graves. Es una terapia que combina elementos de la terapia cognitivo conductual (TCC) y la atención plena, en un programa intensivo y estructurado adaptado especialmente para adolescentes con una gran inestabilidad emocional. Cuando un joven tiene muchas emociones dolorosas e intensas y no puede controlarlas de manera saludable, es más fácil que caiga en conductas peligrosas, como hacerse autolesiones y tener pensamientos o intentos suicidas.
El objetivo de la DBT es enseñar al adolescente a comprender y manejar sus emociones y ayudarle a cambiar los comportamientos negativos en pos de otros más beneficiosos. Para eso le enseña, mediante prácticas de mindfulness, a estar plenamente presente en el momento y a no juzgar. Asimismo, le enseña habilidades prácticas para el manejo de emociones intensas y la resolución de conflictos. La DBT para adolescentes incluye terapia individual y grupal. En esta última, los padres y el adolescente aprenden juntos sobre las habilidades mencionadas.
Terapia interpersonal
Los problemas para relacionarse con otras personas a veces pueden influir en el desarrollo y mantenimiento de la depresión en los adolescentes. La terapia interpersonal (IPT, por sus siglas en inglés) se basa en este principio. Con una duración relativamente corta (los tratamientos suelen durar entre 12 y 16 semanas), el objetivo es ayudar al joven a identificar y abordar sus problemas de relación, mejorar sus habilidades comunicativas y construir una red de apoyo.
En esta terapia, el adolescente aprende a comunicar sus necesidades y sentimientos de manera clara y efectiva, mejora sus habilidades de resolución de conflictos y aprende a identificar cuándo alguna de sus relaciones podrían estar afectando su humor.
En la IPT adaptada a adolescentes con depresión, el terapeuta aborda inquietudes comunes sobre las relaciones entre adolescentes, como las relaciones románticas y los problemas de comunicación con padres y compañeros de clase. Si es necesario, se les pide a los padres que participen en algunas de las sesiones.
Terapias psicodinámicas
La terapia psicodinámica es uno de los enfoques más populares dentro de las terapias del habla. Elegida tanto por adultos como por adolescentes, utiliza elementos del psicoanálisis freudiano para explorar los procesos del inconsciente que podrían estar involucrados con la depresión. Al profundizar en capas emocionales más profundas, esta terapia permite a las personas comprender cómo sus experiencias pasadas moldean sus emociones y comportamientos actuales.
Si bien la terapia psicodinámica no cuenta con un respaldo de evidencia empírica tan amplio como el de la terapia cognitivo conductual, cada vez hay más estudios científicos que demuestran su efectividad. En algunos países como Argentina y Francia, las terapias psicodinámicas son las más elegidas por las personas que desean abordar problemas personales y de salud mental.
Medicamentos para la depresión en adolescentes
Cuando un adolescente está atravesando un cuadro grave de depresión o ha empezado una psicoterapia hace por lo menos tres meses y no se observan mejoras, los medicamentos pueden ser una buena opción.
Los antidepresivos que más suelen recetarse para tratar la depresión son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como fluoxetina y sertralina, y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), como venlafaxina y duloxetina. Sea cual sea el medicamente elegido, debe ingerirse bajo estricta supervisión médica y debe hacerse un seguimiento continuo.
La idea del antidepresivo no es que reemplace la psicoterapia, sino que la complemente: cuando un adolescente empieza con una medicación para la depresión, debería seguir asistiendo a su terapia del habla. El objetivo del antidepresivo es disminuir el malestar ocasionado por los síntomas depresivos, para que el joven pueda luego trabajar junto a su terapeuta los temas ligados con su padecimiento, como los pensamientos negativos, los problemas de relación o la falta de motivación.
Los antidepresivos no se toman para siempre. Cuando empiezan a notarse mejoras significativas, se comienza un plan (bajo supervisión médica) para ir reduciendo poco a poco la dosis del medicamento hasta que ya no se lo necesite más.
Es importante destacar que los antidepresivos no producen adicción ni cambian la personalidad. Quien los tome no va a sentir un efecto de “adormecimiento”, como muchas personas creen. Aun así, siempre es bueno consultar todas las dudas e inquietudes con un profesional de la salud. Los medicamentos correctos en las dosis correctas pueden ser de gran ayuda para el adolescente con un cuadro depresivo.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la depresión en adolescentes?
No existe un tratamiento que sea considerado “el mejor” para tratar la depresión en adolescentes. Cada joven es único, con necesidades, preferencias y circunstancias de vida únicas. Lo que a uno le resulta altamente eficaz, a otro puede no resultarle de la misma manera. El tratamiento para la depresión es algo muy artesanal: lo mejor es trabajar junto a un especialista en salud mental para encontrar lo que más resulta para esa persona. A veces, hay que probar diferentes terapias hasta hallar la que mejor se adapte a las necesidades únicas de cada adolescente.
Aun así, es cierto que hay tratamientos que son más utilizados que otros, como la terapia cognitivo conductual (TCC). Esta psicoterapia ha sido una de las más estudiadas y perfeccionadas para tratar la depresión. Cuenta con protocolos claros, y en ella el terapeuta trabaja junto al cliente para establecer y cumplir objetivos específicos en un número de sesiones determinadas. Su efectividad y practicidad hacen que siga siendo una de las opciones terapeúticas más elegidas.
La importancia de la participación familiar
Sea cual sea el tratamiento para la depresión que siga el adolescente, es importante que su familia lo apoye y participe en su recuperación. Para eso, es clave que el psicólogo o psiquiatra enseñe a los padres sobre la depresión y cómo funciona la terapia. Esto va a ayudarles a entender mejor a su hijo, para acompañarlo de una manera más empática.
También es importante que los padres tomen conciencia al momento de interactuar con su hijo, lo que a veces puede ser muy difícil. Un adolescente con depresión podría querer estar siempre solo o enojarse con facilidad. Es importante saber cuándo y cómo ser un apoyo y cuándo conviene retirarse. Frente a esto, el profesional de la salud mental también puede proporcionar valiosos consejos sobre cómo interactuar con un hijo con depresión.
¡Cuidemos la salud mental de los adolescentes!
La depresión en adolescentes es un asunto serio. Afortunadamente, existen múltiples tratamientos que han demostrado ser eficaces para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los jóvenes. Cada adolescente es único, y encontrar el enfoque adecuado puede marcar una gran diferencia en su camino hacia la recuperación.
Es crucial recordar que la depresión no es una señal de debilidad, sino una condición de salud que merece comprensión y apoyo. Un tratamiento adecuado, respaldado por el acompañamiento de la familia y profesionales capacitados, puede brindar a los adolescentes las herramientas necesarias para superar este difícil momento.